Recuerdo que cuando preparábamos la ruta en casa esta es la parte del viaje, no sabíamos qué esperar de la parte este de Rusia de Chitá a Vladivostok, y era la parte que más dudas nos creaba, puesto que es donde menos ciudades encontrábamos y no sabíamos cómo sería la carretera, cada cuánto habría gasolineras, etc. Veníamos desde Ulán-Udé.
Como la mejor manera de aprender, es haciéndolo uno mismo, pues ya sabemos una cosa: no hay ningún problema en esta zona este, la carretera está muy bien quitando las típicas vicisitudes de la carretera rusa. El pavimento está bien asfaltado, con tramos de obra de carretera de grava, con algún boquete que otro, sobre todo en la entrada de las ciudades o pequeños desniveles en el pavimento.
Es cierto que la carretera se adentra en la taiga, y entre Chitá y Jabárovsk, la vida a pie de carretera es escasa. Hay pueblos pero se adentran unos kilómetros por caminos de tierra desde la carretera principal.
Las gasolineras están más distanciadas, puede haber algún tramo de unos 200 kilómetros sin que encuentres una, con lo que no te la juegues y si ves una grande, reposta. De las importantes, las que verás con más frecuencia serán la Rosneft (роснефть) y la HHK.
Para dormir por el camino, no tuvimos problema porque en ioverlander puedes encontrar paradas de carretera donde pasar la noche. Estas suelen tener restaurante, ducha y tener la zona de coches separada de la de camiones. Para pasar la noche están más que de sobra.
Estábamos en Siberia, ya muy lejos en el mapa, así que ya sólo por estar, disfrutamos de cada momento y lugar. Veamos los lugares que más nos gustaron
Aginskoye
Aginskoye (Агинское) está situada al sur de Chitá. Nos acercamos para ver los monasterios de Angisky Datsan que es la zona de monasterios más antigua de Siberia con más de 200 años de antigüedad y la zona en la que se encuentran se llama TransBaikal. Los monasterios budistas y su emplazamiento le dan un aire del este que te hace dudar de si estás en Rusia o en Mongolia; el pueblo buriato habita en estas tierras.
En el complejo encontramos bonitos monasterios y ruedas budistas, todo rodeado de pinos y muchos turistas venidos de Mongolia.
Tras la visita, puedes acercarte a los bares del pueblo donde puedes comer ricos dumplings rusos, los buuz dumplings que se suelen rellenar de carne de cordero o ternera. También probamos una torta rellena de carne picada. Delicioso! 😉
BLAGOVESHCHENSK
Esta ciudad de difícil pronunciación, (Благовещенск) fue un bonito descubrimiento. Pasamos varios días en ella para terminar nuestra página web y para grabar un minidocumental sobre fronteras. Para llegar, tienes que desplazarte desde Belogorsk unos 100 km hacia el sur. Esta ciudad es muy singular, puesto que está separada de la ciudad china de Heihe por el río Amur. ¡Desde su paseo puedes ver China!
entre rusia y china
El paseo por el río es muy bonito, y la ciudad está muy limpia y bien cuidada. Heihe es una ciudad que se ha desarrollado rápidamente en los últimos 40 años, y ahora varias filas de grandes edificios están en su orilla.
Allí conocimos a gente a través de Couchsurfing. Supermajos, pasamos muy buenos ratos con ellos. Elena, incluso nos invitó a cenar a su casa y nos dio a probar muchas delicias rusas! Habíamos oído hablar de la hospitalidad rusa, pero ellos nos lo demostraron con creces! Gracias a todos! Nastya, Elena, Konstantin, Egor y a todos vuestros amigos.
BIROBIDZHÁN
Estuvimos de paso, no nos pareció una ciudad para pasar un día entero. Pero es un lugar curioso puesto que está en el Oblast autónomo hebreo. En cirílico se escribe así, Биробиджан.
Historia de la ciudad
La historia de esta ciudad es peculiar. Tras la revolución bolchevique, muchos canadienses judíos dieron su apoyo a la Unión Soviética al convertirse en miembros o simpatizantes del Partido Comunista de Canadá. Se planteó que los judíos fuesen a una patria creada y el gobierno soviético usó el lema: ¡A la patria judía!, para alentar a los trabajadores judíos a mudarse a Birobidzhan. El eslogan resultó exitoso para convencer a los judíos soviéticos, así como a los judíos de otros países.Esta campaña fue conocida como el experimento de Birobidzhan.
Entre 1881 y 1914 casi 2 millones de judíos emigraron a Rusia. Miles fueron a Birobidzhan pero la dureza de la vida y el aislamiento hicieron que muchos se fueran. En la actualidad hay unos 2000, y en el pueblo se pueden ver vestigios de la cultura judía, como el nombre de sus calles, o una menorá en la estación de tren, que es el candelabro o lámpara de aceite de siete brazos propia de la cultura hebrea.
JABÁROVSK
La ciudad se encuentra situada a 25 km de la frontera con China, entre los ríos Amur y Ussuri, y es la segunda más poblada del extremo oriente ruso, después de Vladivostok. La ciudad de Jabárovsk (хабаровский) fue fundada en 1858 como puesto militar. Para más información sobre la historia de la ciudad podéis verla aquí.
Qué esperar de la ciudad
Cuando llegamos, pensamos que pese a que no se puede negar que es una ciudad soviética por sus construcciones, Jabárovsk era diferente al resto de ciudades que habíamos visto puesto que es raro ver ciudades rusas que no sean planas, es decir, ¡es raro ver cuestas!, y esta las tiene. Hay mucho árbol y muchos parques.
La zona del río es muy bonita, aunque no pudimos acercarnos porque los días anteriores había habido inundaciones y lo habían cerrado. Podéis comprobar en el vídeo que os dejamos que cuando llueve, llueve de verdad. Mirad cómo amaneció nuestra furgo uno de los días!
Pese a la lluvia, Jabárobsk es una parada agradable antes de llegar a Vladivostok.
VLADIVOSTOK Y LA ISLA DE RUSSKY
Vladivostok, (Владивосток), punto final de la ruta, no se puede ir más al este en Rusia. La ciudad donde empieza o termina el Transiberiano, según se mire. Ese viaje mítico del que todos hemos oído hablar, y lo lejano que quedaba en nuestro imaginario, y resulta que llegamos en coche. Un gran punto final a la ruta por Rusia. Vladivostok se encuentra a 9302 km de Moscú.
Llegamos al Pacífico, ¡por fin!
Las colinas se dibujan entre las carreteras, los edificios y los dos grandes puentes de la ciudad. Leímos en una guía que Vladivostok en un principio recuerda a San Francisco según estás entrando, pero que una vez te adentras, no puedes negar que estás en Rusia, el estilo soviético de las construcciones es evidente.
Vladivostok nació como un puesto naval, y así se fue desarrollando. Curiosamente, entre 1958 y 1991, las autoridades de la Unión Soviética convirtieron a Vladivostok en una ciudad cerrada a los extranjeros por ser la sede de la Flota del Pacífico de la Armada Soviética.
Desde Vladivostok, si podéis ir en coche mejor, os invitamos a quedaros en la isla de Russky (Русский островel ) y así escapar un poco del tráfico de la ciudad, ¡porque tiene mucho!
Encontramos un lugar para acampar en una playa de piedras, donde de día venían bañistas y campistas y de noche pescadores. Están indicados en ioverlander.
Despedimos Rusia desde este punto oriental, ¡gracias Rusia por habernos acogido tan bien!
Todavia nos quedaba mucho camino. Pero no nos importaba, la carretera es la vida – Jack Kerouac